miércoles, 23 de enero de 2013

tumbados en la autovía

tumbados en la autovía

 
Tras otra noche anodina, de vuelta a casa se me ocurrió que podríamos tumbarnos en medio de la autovía central, y así lo hicimos, cogiéndonos de la mano. Fue un tiempo que el reloj de mi pulsera determinó como breve, pero que a ella y a mí nos supuso la concentración de toda la noche, y del día, y de la semana, y puede que de toda la vida en ese instante. Un par de coches, nos esquivaron. El segundo se paró a pocos metros, tras un pitido y un frenazo que dejó marcas en el betún. Nos levantamos y echamos a correr en dirección contraria a los coches, por el arcén. Las voces e improperios del conductor del coche se perdían en la lejanía. Al llegar a casa lo hicimos bestialmente, agarrándonos de ambas manos, como si esos fueran a ser los últimos polvos de nuestras vidas. "Menos mal que se me ocurrió lo de tumbarnos en la carretera." pensé al dormirme sobre el suelo de la cocina.

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